30 agosto 2009

La ciudad prohibida

Las llaves de la ciudad prohibida se entregan a quien no las pide, se le niegan a quien las reclama. Los habitantes confunden con estrellas las luces de neón, hacen trampas al póquer y callan mas de lo que dicen. Ladrones de besos y secuestradores de sueños que se entregan al deseo y a las ataduras del antojo. Todo lo que tienen, que es nada, lo entregan a su sombra. Todo lo que saben se lo enseñó el olvido en largas conversaciones con la luna como juez. En la ciudad prohibida vivimos sin complicaciones, alimentándonos de amistad y risas y jugando con las aves de paso... Duplas que se convierten en ternas cuando menos te los esperas. Con elegancia y generosidad, escogiendo el camino en las amplias explanadas de la mitad del viaje, vivimos los días de la forma que la madurez nos ha enseñado, reinventándonos cada noche....like a rolling stone .....

Oyendo Sabina ... :)