29 marzo 2011

Kevät

Miraba su reloj biológico, ese que hace tic tac, tic tac... Sabía que antes o depués llegaría, pero esta vez le estaba costando llegar, demasiado quizá... Llega tarde. Mientras tanto, ella recogía todo a prisa, martilleandose en la cabeza con el llego tarde, llego tarde!, rebuscando cosas que ya tenía guardadas y volviendo al baño cada dos por tres para ver si se dejaba algo, añadiendo a esto, el contínuo tropezar con todo lo que había en su camino... un camino que ya debería haber comenzado. ¿Donde estará? se preguntaba él entre incontables remiradas de la misma situación. Llega tarde. Voy... ya voy! se decía ella a si misma al cerrar el bolso.Tic tac, tic tac, llega tarde... Ambos compartían una sensación de ansiedad y nerviosismo que en parte podría llegar a resultar graciosa. Sabían que, antes o después se encontrarían, pero los devenires les habían convertido en cautos poseedores, siempre, de la baza de la duda...

El hielo empezó a derretirse, los grises desaparecieron dejando paso a los naranjas, el cartón tornó a madera, el barro a hierba, las ramas fueron árboles, el tic tac, tic tac cesó, había llegado.

3 comentarios:

vinyard dijo...

Pues parece que sí, que ya ha llegado.

Antonio dijo...

eso parece ... ;)

elq faltaba dijo...

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