El paseo

Intenta contar el número de veces que has oído eso de que estamos aquí cuatro días, intenta recordar cual suele ser tu respuesta o sentimiento tras oirlo. Ahora intenta contar las veces que en lugar de oír esa frase, la has escuchado. Deberíamos hacer un esfuerzo para comprender lo que realmente quieren decirnos ese conjunto de típicos tópicos. Conseguiríamos darnos cuenta (con una gran sonrisa) de lo realmente importante. Veríamos que preocupaciones y comeduras de coco carecen de sentido, veríamos que deportes de riesgo como el "hipoteking" no pueden condicionar nuestro paseo. Empezaríamos a fijarnos en las cosas, en cómo la tarde sigue al día, y precede a noche, en ese niño que juega con el balón en el parque. Reiríamos con el rozar del viento en nuestros brazos, admiraríamos esa ola de mar que utiliza su delicada piel para acariciar los pies de ese alma reflexiva que se sienta en la orilla, observaríamos la gota de lluvia que esa chica morena deja caer premeditadamente por su mejilla queriendo sentir las lágrimas de los ángeles. No quiero perder el tiempo con discusiones unilaterales, no quiero perder el tiempo con dudas venideras, no quiero perder el tiempo con almas grises, no quiero peder el tiempo con tabúes morales, no quiero perder el tiempo con conversaciones banales, no, no quiero. Solo quiero hacer mi paseo escuchando lo que realmente importa, viendo lo que realmente hay que ver. Solo asi aprehenderemos el poder indefectible a una sonrisa : )